Articulo en el que hablamos de la utilización de polipastos en trabajos verticales.
En nuestro artículo de hoy, os vamos a relatar como lo que en apariencia iba a ser un trabajo fácil, se convirtió en un trabajo técnicamente más exigente, en la cual tuvimos que demostrar el alto nivel con el que trabajamos.
En principio el trabajo era sencillo, teníamos que entrar en un pequeño patio interior para hacer una revisión ocular del estado de las bajantes de fibrocemento e ir anotando piso por piso las piezas que requerían de reparación o sustitución.
Hasta aquí bien, el problema vino cuando una vez dentro del patio, nos dimos cuenta de que la mayoría de garras que sujetaban los tubos estaban en tan mal estado (a causa de la corrosión por su cercanía al mar) que muchas se habían partido y ya no hacían su función. Dicho de otra manera, los tubos se estaban sujetando unos con otros (pesando unos 20 kg. aproximados cada uno), esto unido a los catorce pisos de altura que tenía el edificio y sumado a que por cada pared del patio bajaba una línea de tubos (cuatro en total), convertía toda la instalación en un auténtico castillo de naipes.
Tras evaluar el riesgo y decidir que potencialmente era muy peligroso continuar descendiendo por el interior del patio con las técnicas habituales, tomamos la decisión de salir de él y comenzar de nuevo con todo un sistema independiente de ascenso y descenso y técnicas para espacios confinados compuesto por polipastos para que, en caso de emergencia se pudiera evacuar al operario de dentro del patio en el menor tiempo posible.
Una vez montado todo este sistema se procedió a bajar nuevamente por el patio, desmontando toda una tirada de bajante, de la cual ya había caído parte de ella dentro del patio y reasegurando las otras tres tiradas para que quedaran sujetas de forma segura.
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